Mejora la prestación de servicios públicos de extremo a extremo a través de la identidad digital.
Los gobiernos deben preparar sus modelos operativos y sus plataformas, para seguir siendo relevantes y prosperar. La identidad digital puede llegar a impulsar un cambio transformador entre los ciudadanos y las administraciones públicas.
Ciudadanos que se autentiquen una sola vez al realizar trámites y servicios de gobierno, conlleva al cumplimiento de dos objetivos clave: satisfacer la demanda de más y mejores servicios digitales y móviles, así como la interoperabilidad entre las dependencias.
Hoy, es común que los ciudadanos tengan acceso a cientos de plataformas en línea, redes sociales, páginas de compra y venta, servicios de streaming, etc. En una sociedad cada vez más digital, la agilidad es esencial para que el gobierno logre con éxito la entrega rápida, continua e iterativa de nuevos y mejores servicios.
Estas son algunas de las tendencias que están impulsando la identidad digital como una forma de potencializar los servicios electrónicos. Cambios fundamentales para administraciones públicas cuyo objetivo sea hacer de la identidad digital un componente determinante en sus procesos de modernización.
En las grandes ciudades del mundo en desarrollo, los tiempos empleados en viajes son generalmente altos y van en aumento. La congestión vehicular para las personas con auto propio se vuelve en un problema cuando hacen más tiempo en el tráfico que en sus actividades diarias, aún más para quienes usan el transporte público.
¿Cuál es el tiempo promedio que le toma a un habitante llegar a una dependencia de gobierno?, ¿cuál es el costo?, ¿qué pasaría si los ciudadanos tuvieran la opción de realizar más trámites en línea?. Por ejemplo el título profesional, las licencias de conducir, realizar la declaración de impuestos, y más.
Desde luego que, existen múltiples formas de reducir los tiempos de traslado, sin embargo, a través de la adopción de tecnología, en este caso, mecanismos de identidad digital para ciudadanos en línea, se vuelve en una solución que podría traer grandes beneficios a la población.
En este nuevo entorno, identidad digital, información, privacidad y seguridad son aspectos que van estrechamente ligados, ya que, para poder gestionar correctamente la identidad digital, gestionar los otros tres aspectos es clave.
En este sentido, las medidas de seguridad sólidas serán la respuesta a las nuevas demandas de confianza en todos los intercambios entre ciudadanos y autoridades públicas. Centrarse en los desafíos de la privacidad de los datos y la ética digital, así como, en las tecnologías, es determinante para aumentar la transparencia de los procesos y confianza de los usuarios.
Los sistemas que se dedican a gestionar la identidad digital pueden garantizar la privacidad y seguridad de los datos que comparten los usuarios.
Los gobiernos deberán proveer a los ciudadanos y sector privado medios para identificarse de manera segura y fácil en línea. Cuando existen menos fricciones para acceder, esto alienta a los ciudadanos a acceder a los servicios gubernamentales con más frecuencia.
Las instituciones son responsables de los mecanismos de identificación digital que se requieran para acceder a cada servicio. Considera las tecnologías y formas en que un ciudadano puede autenticar la identidad, tales como: tarjetas inteligentes, biometría, reconocimiento facial, firma electrónica, entre otros.
Como todo cambio importante, la introducción de la identidad digital lleva implícito el desafío de aprovechar los beneficios que puedan obtenerse y a la vez tratar de esquivar los problemas que puedan generarse de su implementación.
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